Una pareja de nutrias marinas, las únicas que viven en cautiverio, son una de las grandes atracciones del Oceanográfico de Lisboa, que abrió en 1998 con motivo de la Exposición Universal y que hoy, es una institución de referencia. Durante la visita, existe un gran contacto entre el público y los animales, dentro de los límites de seguridad, gracias al cual es posible conocer y entender la forma de vida de estas especies.
Unos 10.000 peces de 500 especies diferentes, además de unas 5.000 plantas, se encuentran en el oceanario lisboeta, que el próximo mes de mayo cumple su sexto aniversario. Un equipo de 34 personas trabaja en el departamento de Biología, consiguiendo que este centro sea uno de los más reconocidos en su área.
El recorrido por los océanos Pacífico, Índico, Antártico y Atlántico permite conocer muy de cerca sus características climatológicas y las especies que en ellos viven. En un inmenso tanque central, que contiene cinco millones de litros de agua, conviven peces de los cuatro océanos. En este tanque, una de las grandes atracciones son las mantas, manta birostris y manta mobular, ambas llegadas de las aguas del Algarve. La primera de ellas es la única que existe en Europa (otra en Las Bahamas y en Japón) y la segunda es única en el mundo.
Atunes y dragones
Entre las aves del centro, las más apreciadas por el público son los pingüinos. «Los animales más fieles, se casan entre ellos para toda la vida», explica el director del Oceanográfico, Víctor Tavares de Castro. En total, 32 pingüinos conviven en este hábitat y dada su fidelidad se vigilan muy de cerca los cruces entre ellos. De esta forma, si se emparejan hermanos, los huevos se retiran y se evitan problemas genéticos.
Aparte de la visita, existen actividades y programas educativos que potencian el contacto entre el público y los animales. Es el caso del programa "Durmiendo con los tiburones en familia", gracias al cual padres e hijos pueden pasar una noche junto a los animales, descubriendo muchos secretos del mundo submarino.
Este centro ha exportado su experiencia a otros lugares del mundo. Así, el Oceanográfico de Valencia contrató a dos personas del de Lisboa para encargarse de la auditoría y del transporte de muchos de los animales que ahora posee. Y esto se debe a que Portugal tiene una gran experiencia en el traslado de animales acuáticos, ya que tiene especies llegadas de todas las partes del mundo. También el tratamiento de las aguas sirve de ejemplo, pues en Lisboa se han utilizado los sistemas de filtración más avanzados.
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