Tras saludar a la loba regalo de Roma nos dirigimos directamente al teatro (Teatro y anfiteatro 6,50€ la visita) un espacio muy bien acondicionado donde nos podemos transportar a la realidad de los complejos de ocio en tiempos de Augusto con toda su belleza y crudeza.
Mailo guardó su valiosa mercancía en una posada y caminó hacia el teatro siguiendo la marea humana que jaleaba consignas a favor del gladiador de moda que haría su última y triunfal actuación esta misma tarde.
Las gradas del anfiteatro estaban repletas de gente, más de 10.000 personas asisten todas las tardes desde hace ya 10 días.
En cada esquina hay vendedores de refrescos y frutos secos, asisten muchos militares de la legión que acampa a las afueras de la ciudad y los turistas han venido de las vilas más lejanas.
Hoy el Teatro es un enorme rompecabezas de piezas esparcidas por todo el recinto que nos da una idea de cómo fue esta edificación milenaria y cómo el tiempo ha trabajado en su contra.
Los juegos durarán casi todo el día y los espectadores parecen acampar en las gradas para no perderse los combates menores, 5 delincuentes son arrojados a la arena desarmados como castigo por sus fechorías y tras el abucheo del muy respetable se da la señal para que salgan las fieras que en este caso son otros 5 leones africanos con muy poco apetito.
Son ya muchos días de comilonas para estos depredadores ávidos de siesta, la plebe se enfada ahora con las bestias y la tribuna toma medidas.
Con un gesto del cónsul salen a escena cuatro carros tirados por bellos caballos lusitanos llamados los terribles betones que en pocos minutos revolucionan el panorama y masacran tanto a los delicuentes como a las fieras tiñendo de rojo la arena y alzando en jubilo las gradas que gritan puño en alto.
El paseo por los alrededores del teatro está bien comunicado con las cáveas con capacidad para 6.000 personas que accedian con fluidez a los espectáculos de todo tipo.
En la parte baja un nutrido coro de músicos ambientaba los distintos cuadros escénicos.
El aspecto de este monumento es un paso intermedio entre la reconstrucción y el campo arqueológico muy común en los criterios patrimoniales que pretenden dar un sentido didáctico al monumento.
En realidad todo esto estuvo cubierto de tierra y sólo asomaban siete bultos que se dieron a conocer como "Las Siete Sillas" hasta que en 1910 se inició la excavación.
En 1933 se inició las representaciones de teatro clásico que tienen su estival protagonismo mundial en este género. |