Viajados

Llegamos a Llerena una cálida mañana de noviembre con un cielo azul que refuerza los blancos de la cal que inundan este entorno. Aparcamos en la Plaza de España, mientras unos operarios se afanan en colocar un enorme pino de navidad, que desentona con la monumentalidad de este conjunto.

Tomamos un café junto a la fuente que diseñó Zurbarán y contemplamos la vida de esta pequeña población, junto al Ayuntamiento y su Iglesia Mayor.

El pintor extremeño nacido en 1598 en Fuente de Cantos, de padre vasco y madre extremeña, viaja a Sevilla donde fue discípulo de Pedro Díaz de Villanueva, allí conoció a Velázquez al cual le liga una gran amistad. En el año 1617 se establece en LLerena donde se casó y nacieron sus tres primeros hijos, allí vivió hasta el 1628. Su casa está situada en la Plaza Mayor, dónde tenía su taller de pintura, ahora es un hostal, en el que nos alojamos y pedimos la habitación más grande que da a la plaza. Imaginamos a Zurbarán dando clases de pintura en una estancia orientada al sur dejando pasar solo parte de la luz a través de las cortinas, podemos revivir el claroscuro tan característico de su obra.

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En 1629 se trasladó a Sevilla de nuevo, su primera mujer murió y Zurbarán vuelve a casarse.

La Crucifixión fue su primera obra datada y firmada para el convento sevillano San Pablo el Real, comienza la etapa más productiva de su obra y su reputación era ya muy grande y solvente. Aunque gran parte la dedica al tema religioso, también abarca la naturaleza muerta, con bodegones y retratos. En 1634 llega a Madrid para participar en la decoración del salón de reinos del Buen Retiro, su estilo va evolucionando y se transmite la influencia de los maestros venecianos.

Vuelve a enviudar y a casarse por tercera vez, con una mujer mucho más joven que el con la que tuvo seis hijos.

Su estilo sigue en evolución usando difuminados, mitigando la dureza o rigidez de las formas.

En Llerena pintó un Jesucristo crucificado para la Iglesia de Ntra. Sra. de la Granada, allí se conserva y puede visitarse.

Fue dotado con el título de Pintor del Rey, tuvo cientos de encargos dentro y fuera del país, llegando a ser uno de los representantes más importantes de la Contrarreforma y del Siglo de Oro de la pintura española.

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Llega la hora de comer y que mejor que aprovechar estos rayos de sol en la terraza de la casa del pintor para degustar un Entrecot y una Dorada a la sal, regado con un buen vino de Extremadura.

La elección del sitio y los platos resulta ser muy satisfactoria, de pronto se hace el silencio en la plaza, todos los habitantes se retiran a sus casas a comer y disfrutamos de un momento muy placentero.

Después de comer damos un paseo por las calles blancas en busca de una tasca donde tomar el café, hablamos con una monja retirada y con unos niños que juegan en la calle.

El ritmo de la ciudad es acompasado y regular, parece que un maestro de orquesta rige el fluir de las gentes por las calles, de pronto la vida se vuelve a poner en marcha, las tiendas abren y los obreros siguen con su tarea.

Visitamos la Hospedería que la Junta de Extremadura ha acondicionado en una de las casas de alta alcurnia junto a la plaza.

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mirador de Llerena

Pasamos por la oficina de turismo que esta enfrente para recavar información sobre la ciudad y planificar la excursión de mañana.

Por la noche aprovechamos la misa en la iglesia de la Granada para ver el Cristo de Zurbarán.

PLAZA DE LLERENA

Plaza de España, estilo mudéjar fue coso taurino, mercado y sede de festejos, tiene soportales alrededor, el de La Casineta se le llamó el portal de las Tiendas (s XVI) o portal de la Cárcel. En el siglo XVII se llamó portal del Pan o de las Boticas.
Tiene forma de cuadrilátero con salidas en las cuatro esquinas y dentro de ellas se irradian en dos o tres calles.

La Iglesia de Nra. Sra. de la Granada tiene una entrada por la plaza y la casa de Zurbarán a la puerta de esta, la fuente que diseñó el propio pintor.
La plaza se comenzó a formar en la Baja Edad Media, pero fue en el siglo XVI cuando se desarrolló la Villa y se creó la necesidad de tener un espacio amplio y digno, y que fuera el centro neurálgico de las actividades de la población.

REGINA TURDULORUM

Debemos imaginar cómo era viajar de una población a otra en tiempos de los romanos, andando, con caballos o como mocho con carros, sumando además la distancia entre Híspalis y Augusta Emérita, fundaron una pequeña ciudad llamada Regina. Se encuentra situada en el término municipal de Casas de la Reina, y los romanos se fijaron en esa tierra, la Campiña Sur, porque son buenos terrenos para la agricultura, tienen minas, bosques y agua.
Regina se fundó en el año I, edificaron un teatro para unos 1.000 espectadores, foro, plaza central, dos calles importantes empedradas y con cloacas de desagüe, casa imperial para el culto al emperador, necrópolis…
Después del declive la ciudad quedó enterrada por el tiempo y olvidada por el hombre.
Las actuaciones y excavaciones se vienen haciendo desde 1978.
Ahora se usa también como subsede del Festival de Teatro Clásico de Mérida.

Entrada libre y gratuita
a las ruinas romanas

LA MINA LA JAYONA

La Mina de la Jayona es una antigua mina de hierro situada en el término municipal de Fuente del Arco, declarada monumento natural en 1997.
María nuestra guía nos llevó en un viaje a través del tiempo.
En 1900 comienza la explotación de las dos minas "Ya te lo decía" y "El Monstruo", se transportaba el mineral hasta el pueblo en burrinos, cinco años después ya estaba terminado el teleférico aéreo para el transporte hasta Fuente del Arco, donde salía en el tren hasta llegar a la fundición de Peñarroya.
Al morir el marido se quedó como única propietaria de la mina la Marquesa de Bogaraya y lo arrendó a una sociedad belga para su explotación. La mina se cerró en 1921.
Trabajaban los hombres que ganaban 2 pesetas al mes, las mujeres la mitad, y niños dos reales, alguna de las tareas de los niños consistía en introducirlos atados a una cuerda hasta el fondo de las catas.

Recorrimos sus galerías rodeadas de rocas con colores y texturas sorprendentes por los tipos de hierro, la limonita con su color amarillento y la hematita tirando a rojo parduzco y oscuro, recuerda su nombre al color de nuestros hematíes, la caliza blanca y láminas de pizarra, todos los tonos dan una armonía a esta composición natural.

El primer túnel no es muy largo y desembocamos en un impresionante hábitat lleno de vida vegetal, las higueras se encuentran en un sitio perfecto, por la humedad y el microclima. Los musgos, helechos y el ombligo de Venus ocupa su espacio en los recovecos de las rocas y otras especies que se reproducen de forma ya natural. Cuando miras hacia arriba, alrededor, nos quedamos sorprendidos de las rocas verticales y de esos colores rojizos que nos van a acompañar todo el trayecto.
Subimos por unas escaleras exteriores y nos adentramos allí donde las galerías nos regalan juegos de luz y oscuridad, la naturaleza se ha hecho fuerte en los huecos que el hombre había manipulado.

Llegamos a los Tres Balcones y a la sala de Columnas en la quinta galería donde la excavación del hombre ha destapado una falla única en Europa, de corrimiento horizontal. Nuestra guía señala con la linterna los pliegues caprichosos y estalactitas en proceso de formación.

Es importante cuando se visita, hacerlo en el mayor silencio posible y no tocar nada.
Impactante es observar los terrenos que emergieron del periodo cretácico y en secuencias de miles de años, generaron plegamientos, movimientos tectónicos que fueron formando primero Pangea, el continente único y luego la placa ibérica que es nuestra actual península.

Entrada libre y gratuita a la mina. rutas cada dia a las 10h. y las 12h.

Información y cita previa para
las visitas a la mina: 667 756 600

Album de fotos